entrevista a maite

Ser conscientes de lo importante de respetar el valor de la naturaleza, y sobre todo, escuchar al cuerpo

1.     ¿Por qué es necesario que nuestra alimentación cambie en primavera?

En primavera se alargan las horas de sol, aumenta el nivel de energía en nuestro organismo, hay mayor actividad de los órganos internos que se preparan para limpiar el organismo y aligerar de las cargas acumuladas durante los meses fríos. Podemos hacer un símil con el armario y el cambio de ropa de temporada; en primavera empezamos a desprendernos de ropas y abrigos más pesados, nos apetece ponernos ropa más floja y liviana.

En lo alimentario sucede algo así, manifestamos más apetencia por alimentos frescos y llenos de vitalidad; y ahí están presentes las semillas, los germinados, verduras de hoja, ensaladas prensadas,salteados cortos, woks, cocciones al vapor…

Hay síntomas que nos hacen pensar que debemos hacer un cambio alimentario en primavera:decaimiento, cansancio, apatía, la típica ‘astenia primaveral’; alergias; si se acentúan los problemas en la piel o los dolores de cabeza; si son más frecuentes las tensiones y contracturas musculares. Y en lo emocional, la necesidad de adecuar la alimentación se manifiesta con irritabilidad, bloqueo mental y físico, rigidez… Es momento de reforzar el sistema inmune que se ha de adaptar a más horas de luz, más temperatura, más polen (más riesgo de alergia en primavera).

2.     ¿Cuáles serían los alimentos imprescindibles que debemos añadir a nuestra dieta en primavera?

En esta época del año, la huerta está en pleno proceso de creación, es el despertar. Es momento de seleccionar alimentos que ayuden a descongestionar hígado y vesícula biliar, que favorezcan el flujo biliar y de sangre, el movimiento y la depuración de la sangre; alimentos refrescantes y antioxidantes y con acción depurativa pero remineralizante y revitalizante. Es el momento de coger‘chispa’.

Damos paso a alimentos más ligeros: verduras de ligero sabor amargo y ácido, verduras de hoja verde; germinados; pickles; legumbres, frutas –manzanas ácidas,ciruelas, fresas y cítricos como mandarina y limón-; también el cereal (trigo,centeno, cebada). Es fundamental para ayudar en la descongestión y en la depuración, reducir el aporte de proteína animal, y sumar más proteína vegetal de legumbres, cereales, semillas, frutos secos, y si tenemos costumbre,derivados de la soja como tofu, tempeh.

Las sopas serán más ligeras, y el sabor predominante pero con moderación es el ácido del limón, vinagre de manzana, de arroz; además de condimentos y aromáticas (cúrcuma, romero, salvia, albahaca,hinojo, eneldo, laurel, cebollino, perejil). Muchas de estas plantas se pueden usar tanto como condimento de platos como para tomar en infusión.

3.    ¿Qué tipo de cocción es recomendable en primavera?

Apetecen platos más ligeros, por lo se suben los fuegos pero se bajan los tiempos, lo que permite cocciones y platos livianos como salteados rápidos, woks, vapor… Más fruta cruda alternándola con compotas, ligeramente cocidas o kantenes. Es el momento de germinados y de ensaladas frescas y ensaladas prensadas.

Se usarán menos condimentos salados, se pueden combinar con salsas agridulces, hierbas aromáticas, especias…, siempre desde la moderación.

En resumen: La cocina de PRIMAVERA debe ser también refrescante, ligera, depurativa, tiempos cortos, más crudos, menos aceite y menos sal.

4.     ¿Debemos consumir alimentos más fríos en esta estación?

El calor llama al frescor. En primavera, comienza a subir la temperatura por lo que nos apetece refrescarnos, pero cuidado, nos podemos enfriar. Más que alimentos fríos, en primavera convienen los alimentos y las preparaciones culinarias refrescantes pero no muy frías o no con mucha frecuencia, tal y como hemos mencionado anteriormente.

5.     Un consejo práctico para cambiar nuestra dieta en primavera de una forma sencilla…

Dar un paseo por las huertas en primavera y observar cómo están en pleno proceso de creación; es importante conocer cuáles son los alimentos propios y naturales de esta época del año. Recordar los platos de primavera típicos de nuestras abuelas (alcachofas, espárragos, guisantes frescos, sopas de verduras, mermeladas con fresas y otros postres con frutas de temporada…).Ser conscientes de lo importante de respetar el valor de la naturaleza, y sobretodo, escuchar al cuerpo.

La primavera es el momento del gran despertar de laNaturaleza (flores, frutos…), por lo que al organismo también debemos proveerle de más energía vital: alimentos frescos y ecológicos, germinados, semillas,sopas ligeras, ensaladas prensadas, verduras salteadas, al wok o al vapor… Son platos que no deberían faltar en el menú de cada día.

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